El críalo europeo ¿Parasitismo o Mutualismo?, es una publicación sobre las relaciones ecológicas de esta especie con sus hospedadores. Es un ave de reproducción parásita que tiene, además, un reconocido comportamiento mafioso, todo lo cual le ha granjeado una mala reputación. Sin embargo, a poco que se indague en la literatura científica, uno se encuentra con una especie muy barroca, con comportamientos atípicos y absolutamente sorprendentes.
El parasitismo del críalo es bien conocido desde antiguo, pero no ha sido hasta hace unos años, que nuevos descubrimientos han arrojado luz sobre este extraordinario comportamiento, modificando la percepción científica que teníamos del mismo y haciéndolo, si cabe, aún más insólito. Puede que nos encontremos más ante un caso de mutualismo, en el que tanto el hospedador como el huésped salen beneficiados, que ante parasitismo propiamente dicho.
En esta entrada vamos a conocer extraordinarios aspectos de la biología de esta ave, avalados por diferentes estudios de científicos españoles, que nos van a revelar una especie única y asombrosa. También contaré la parte fotográfica, como poder capturar estos animales mediante una técnica cinegética denominada «caza al acecho».
el CRÍALO europeo
Es febrero, ya se han visto los primeros críalos (Clamator glandarius) y tres amigos decidimos salir a fotografiarlos. El críalo europeo, al menos la población española, es una especie que inverna en el Sahel occidental (Ibañez-Álamo et al., 2019) y cría en España. El aspecto más llamativo de este cucúlido es su estrategia reproductiva, ya que parasita nidos de córvidos, principalmente urracas y cornejas en la Península, pero sobre todo las primeras.
Servirse de otra especie para la reproducción, no es tan fácil como se podría suponer. Que los pollos de críalo lleguen a adultos, depende de que sus padres superen numerosos obstáculos antes, durante y después de la puesta. Deben reconocer a los potenciales hospedadores, localizar sus nidos y monitorear su progreso, para aparecer en el momento adecuado y realizar la puesta. Para ello tendrán que eludir las defensas de los hospedadores y, si finalmente consiguen poner un huevo, deberán vigilar posteriormente que éste no es expulsado del nido. Son muchas las ocasiones en que los intentos reproductivos son un fracaso.
estrategia de distracción
No es raro en el campo ibérico, de febrero a mayo, oír una chillona algarada en el aire y ver aparecer, sobre tu cabeza, un críalo perseguido por una o dos urracas. Es lo que se conoce como «estrategia de distracción». Si el macho de críalo consigue apartar a las dos urracas del nido, la hembra aprovechará para poner un huevo. Le bastan 3 segundos para hacerlo y puede poner un huevo cada dos días, llegando a poner más de 15 huevos, en diferentes nidos, en un período de 6 a 10 semanas.
VENTAJAS FRENTE A SUS COMPETIDORES
Los huevos de críalo tienen un período de incubación menor que los de urraca, por lo que suelen nacer antes que sus hermanastros. Pero a diferencia de otros casos de parasitismo reproductor, no expulsan del nido a los pollos del hospedador, por lo que pueden convivir ambas especies en una misma nidada.
Pero el pollito de críalo dispone, aún, de más ventajas frente a sus competidores. Su velocidad de crecimiento, sobre todo la primera semana, es mayor que la de los pollos de urraca, lo que se ve favorecido, además, por un trato preferente por parte de sus padres adoptivos. Éstos priorizan su alimentación, estimulados por la presencia de unas papilas blancas en su cavidad bucal.
El pollo del centro es de críalo. Se pueden apreciar las dos papilas blancas en la cavidad bucal que no están presentes en los otros dos pollos de urraca.
IMAGEN. Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC.
El resultado final es que los pollos de las urracas, aunque no en todos los casos, pueden morir en los primeros días, quedándose solo los pollos parásitos. Aun así, el impacto del parasitismo en las poblaciones de urracas es muy pequeño. Valverde, en esta monografía sobre un estudio en Doñana en 1968, encuentra que de 18 nidos observados solo uno fue parasitado y, aun así, consiguió sobrevivir un pollo de urraca en el mismo.
LAS URRACAS CEBAN TAMBIÉN LOS CRÍALOS QUE NO SON SUYOS
En esta escena que capturé en Horcajo de Montemayor (Salamanca), un pollo de críalo pedía, insistentemente y a voz en grito, comida. En el interior de su boca, intermitentemente abierta hasta el extremo, aparecían las papilas que brillaban como lucecitas en la sombra. La urraca, espoleada por el espectáculo audiovisual del pollo, comenzó a buscar con urgencia comida por el prado, hurgando entre la hierba desesperada. A los pocos minutos capturó un escarabajo que apresuradamente transfirió al pollo para, seguidamente, con los ánimos más calmados, abandonar ambos el lugar.
No podemos determinar con exactitud si esta urraca que lo alimenta es su progenitor adoptivo. Un estudio, dirigido por el catedrático de zoología de la Universidad de Granada Manuel Soler, demostró que algunos críalos, cuando ya son volantones como el de la imagen, pueden ser alimentados por urracas que ni siquiera los han tenido en sus nidos, algo muy raro en las aves. El estudio concluyó que esto ocurría con las urracas que solo habían tenido críalos en su nido, mientras que las que también habían criado a uno o más críalos junto a sus propios pollos, no cebaban críalos ajenos.
Las aves se aprenden el grito de sus hijos dos días antes de que éstos empiecen a volar, así pueden reconocerlo y seguir alimentándolo fuera del nido. Sin embargo, según Soler, las urracas que solo han cebado críalos, son incapaces de distinguir los gritos de petición de éstos y por eso alimentan a cualquier críalo, sea suyo o no.
comportamiento mafioso
Durante el período de huevo, los críalos visitan regularmente los nidos parasitados. En el caso de que no estén sus huevos, porque las urracas los han expulsado, pueden depredar el nido destruyendo los huevos de las urracas. Desde una perspectiva evolucionista, es un mecanismo para castigar el comportamiento expulsor.
En la mayoría de los casos, las urracas realizarán una segunda puesta, que de nuevo será parasitada por los críalos que depredaron el nido. En este caso, las urracas deberían de haber aprendido la lección y no volver a expulsar el huevo parásito. Es lo que se denomina «comportamiento mafioso de los críalos» que ya lo predijo Zahavi (1979) y fue demostrado experimentalmente en la comarca de Guadix en 1995 (Soler et al., 1995c).
la defensa del nido
Las visitas de los críalos a los nidos, no es solo para vigilar que sus huevos sean respetados por las urracas, sino también para defenderlos de otros depredadores. Es la única especie parásita en la que se ha descrito este comportamiento (Soler et al., 1999c).
La eficacia de esta defensa fue estudiada en Sierra Morena por Arias de Reyna (1998). El porcentaje de nidos de Urraca depredados era menor cuando estaban parasitados por el Críalo (7,7% de 26 nidos estudiados) que cuando no lo estaban (40% de 136 nidos estudiados). Esto pone de manifiesto una ventaja también para la especie parasitada, ya que, al ser menos depredado el nido, tiene más posibilidades de sacar sus propios pollos adelante.
LOS POLLOS TAMBIÉN PROTEGEN EL NIDO
Pero la salvaguarda del nido no es solo de los adultos, los pollos de críalo también lo protegen mediante un mecanismo de defensa química. Un estudio publicado en Science en 2014, liderado por la Universidad de Oviedo, demostró que los pollos de críalo, ante el ataque de un depredador, secretan una sustancia maloliente y tóxica que ahuyenta a los depredadores, mamíferos y aves. Tras un seguimiento durante 16 años de 741 nidos de corneja parasitados por críalo, sus resultados son concluyentes. En años de abundancia de depredadores, los nidos parasitados sacan de media más pollos de corneja que los no parasitados.
Este descubrimiento es importante porque modifica nuestra percepción sobre la relación ecológica entre el críalo y sus hospedadores. Deja de ser parasitismo (en el que el hospedador «pierde» y el parásito «gana») para convertirse en mutualismo (en el que ambas especies se benefician).
Cuando los críalos ya son volantones, también reciben visitas esporádicas de los críalos adultos, en las que les ofrecen larvas, pero también flores o piedrecitas. Esto no se hace con el propósito de alimentarlos, sino que está relacionado con la impronta de los pollos con individuos de su misma especie. Ello será fundamental para, cuando completen su desarrollo, reconozcan a sus congéneres y puedan migrar juntos a sus zonas de invernada.
Dejo este enlace a un artículo del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), para el que quiera profundizar un poco más en todo este curioso comportamiento reproductor del críalo.
antes muerto que sencillo
El críalo es una especie insectívora, pero otra peculiaridad suya es que es capaz de alimentarse casi exclusivamente de orugas, aunque sean urticantes. Tal es así, que seleccionan los nidos de urracas que se encuentran en pinares con una alta densidad de procesionaria.
Esta característica dieta y su original forma de reproducirse, podrían ser la causa de su declive. Desde el 2008 la población tiene una tendencia decreciente y se barajan dos hipótesis. Una lo atribuye al descenso de las poblaciones de insectos por el uso de insecticidas, mientras que la otra lo achaca a una desincronización reproductiva con sus hospedadores, debida al cambio climático.
CRÍALOS EN VALDEMORO
En esta imagen puede verse a mi amigo Juan Carlos, mientras prospectábamos el terreno para detectar críalos. Es un entorno antrópico situado a menos de 1 km de Valdemoro que no es especial, ni tiene una densidad más alta de críalos que otros sitios. Simplemente es un lugar cercano y que conoce perfectamente nuestro otro amigo Carlos, que reside en Valdemoro.
Y es que para encontrar estas aves no es necesario irse muy lejos, basta con buscar sus hospedadores. En esta época (inicio de la primavera) son habituales en los territorios poblados por urracas. Como ya comenté en «Fotografiando la naturaleza cercana», nos rodean más especies de las que pensamos, incluso en una ciudad, y el críalo es una de ellas.
Dentro de este lugar, contiguo a la urbe, escogemos un emplazamiento que son repoblaciones de pino, dispersas entre cultivos de cereal con algunos árboles aislados, principalmente encinas y almendros. Tras dar una vuelta y comprobar que están los críalos, ya que, aunque a lo lejos, los oímos y vemos con los prismáticos, decidimos intentar fotografiarlos.
captura al acecho
Para poder ver de cerca un críalo, es necesario utilizar estrategias de acercamiento. Debido a su particular estilo de vida, nunca presenta densidades elevadas, por lo que un encuentro cercano y fortuito es poco probable.
En el centro de España se calculan unas densidades máximas que no llegan a un individuo por cada 10 hectáreas (0,29-0,90 individuos/10 ha, según Díaz et al., 1996). Es una densidad muy baja comparada con la de las urracas que, para el centro peninsular donde nos hallamos, se estima una media de 3,5 individuos por cada 10 ha.
Tras elegir un lugar con suficientes posaderos y con algunos almendros en flor que pensamos ayudarían en la composición, improvisamos un hide con una red bajo un matorral. Sabemos del comportamiento territorial de la especie, así que será de ayuda utilizar reclamo sonoro. Reproducimos las voces del críalo con el móvil y un pequeño altavoz (para que se oiga con el mismo volumen que emite el animal). Si hay alguno cerca y estamos en su territorio, es posible que se aproxime.
El reclamo, antes de utilizarse, exige tener conocimiento sobre cuáles son sus condicionantes prácticos y éticos. Conocerlos es fundamental, tanto en su eficacia para atraer al ave, como para no interferir negativamente en el comportamiento de la misma.
Pasados unos minutos apareció una pareja, lo que nos brindó diferentes ocasiones para poder retratarlos. Esta técnica de captura, permanecer escondido y esperar a que aparezca la presa, se denomina en el lenguaje cinegético «Caza al acecho». Es una modalidad muy empleada para el jabalí, por ejemplo, en forma de aguardos nocturnos y utilizando reclamos olfativos.
El inconveniente de estar cerca de una ciudad, es la aparición súbita de gente, que puede dar al traste con una sesión de fotografía. De repente surgieron dos personas, andando por medio de un retamar, por el que no había caminos, y ahuyentaron definitivamente a los críalos.
fotografía de críalos en vuelo y en reposo
Aunque los críalos se aproximen, nunca se van a posar cerca, por lo que hay que utilizar teleobjetivo (mínimo 300mm). En las fotos de animales en reposo, no es necesario utilizar velocidades de obturación altas. Todas las imágenes que han aparecido hasta ahora, con los críalos posados, se han hecho con un 600 mm, a 1/500 de velocidad, f 8 y un ISO de 250.
Pero esa velocidad de obturación hay que, como mínimo, cuadriplicarla (1/2000) si queremos congelar un críalo en vuelo. Hay que tener en cuenta dos velocidades, la de desplazamiento del animal y la del movimiento de las alas. La imagen anterior la hice a 1/1500 de velocidad, suficiente para congelar el desplazamiento, pero no el movimiento de alas.
Puede ser un objetivo fotográfico conseguir cierta trepidación, por su sensación de movimiento. Pero también es cierto que los límites de la trepidación son muy estrechos y es muy fácil sobrepasarlos, resultando fotos inservibles por falta de nitidez. Por eso, conocer los resultados a diferentes velocidades de obturación, es fundamental para fotografiar aves en vuelo.
sobre las imágenes de la publicación
De las 20 imágenes que contiene la publicación, 15 son fotografías y 5 ilustraciones que son imágenes manipuladas. En ellas se recrean escenas a partir de mis fotografías y fondos creados por IA. Los animales adultos que aparecen, los he extraído de mis fotografías y los nidos con pollos tienen licencia Creative Commons para su difusión, siempre que se cite la fuente. El lector diferenciará estas ilustraciones a un golpe de vista. Pero para que no haya duda, basta con fijarse en la esquina inferior derecha. Si no figura nada es una ilustración, mientras que si está firmada con mi logotipo es una fotografía. Además, las ilustraciones son las únicas imágenes en las que figura un comentario en el pie de foto.
6 comentarios
Sobre el reportaje del Críalo. Magnífico reportaje fotográfico sobre este ocupanidos de corvidos, sobre todo de urracas, que nos visita todos los años en primavera, pero el texto perfectamente documentado es de importancia vital para comprender el modus operandi de este preciosa ave. Enhorabuena por acercarnos un poco mas a los misterios de la naturaleza en España.
Muchas gracias, Mario. Me alegra mucho que te haya gustado, máxime tratándose de un biólogo que tiene conocimientos del tema. Es un honor, además, recibir la enhorabuena de un excelente fotógrafo de naturaleza. Agradezco mucho tu comentario
Muchas gracias por el buenísimo reportaje!
Gracias a ti, David, por tu comentario.
Muy buena monografía sobre esta especie que casi no conocía además de una explicación amena.
Muchas gracias por compartirlo
Gracias a ti, Jose Antonio, por tu comentario. Me alegro de haber contribuido, aunque sea un poquito, al conocimiento de esta especie.