El inicio de mi relación con la fotografía de naturaleza se remonta a los años 80, cuando comencé a trabajar como agente medioambiental.
En los primeros años se restringe a recoger testimonio gráfico de las especies que habitan los ecosistemas, desde una óptica de coleccionista. Hacía pocas fotografías y siempre en formato diapositiva, ya que la fotografía analógica resultaba bastante cara.
Debido a mi profesión soy testigo de las consecuencias de la actividad humana en el medio natural. Por ello, consciente del cambio de rumbo que debíamos adoptar en nuestra relación con el planeta, finalicé la licenciatura en Biología y me especialicé en educación ambiental.
En los 90 me surgió la oportunidad de realizar los materiales escolares (proyecto pedagógico, cuadernos del alumno y libro del profesor para primaria y secundaria), así como el diseño de los carteles y recursos de la exposición permanente, que visita el alumnado en el Aula de Educación Ambiental del CERI (Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas) en Sevilleja de la Jara (Toledo).
El CERI es el centro de referencia, para la recuperación de fauna amenazada herida, en el ámbito territorial de Castilla-la Mancha. Seguidamente realicé los carteles para una exposición itinerante sobre la problemática de las cuatro especies de fauna más amenazadas de Castilla-La Mancha: lince ibérico, buitre negro, cigüeña negra y águila imperial ibérica.
Estos proyectos me introdujeron en la edición, diseño y maquetación digital, lo que sería de gran importancia cuando, algunos años más tarde, aparecieron las cámaras reflex digitales, porque suponía que ya dominaba algunos programas de edición de imagen, como Photoshop y que ya tenía, por tanto, parte del camino andado.
No obstante, mi relación con la fotografía seguía siendo documental. Me interesaba fotografiar especies, tanto de flora como de fauna, con la intención de poseer documentos gráficos para las actividades de educación ambiental que realizaba en los colegios e institutos, dentro del ámbito de mi profesión como agente medioambiental. Continuaban siendo diapositivas, hasta que aparecieron las primeras cámaras digitales compactas, con las que me inicié también en macrofotografía.
Transcurrieron así varios años hasta que me compré mi primera cámara reflex digital y fue a partir de entonces cuando comencé a interesarme por la fotografía de naturaleza como disciplina artística. Paralelamente me hice socio de AEFONA (Asociación Española de Fotógrafos de Naturaleza). Esta asociación cuenta con un código ético medioambiental, para la práctica de la fotografía en el medio natural, que es todo un referente para los que disfrutamos con esta actividad. Pero su contribución más relevante a mi evolución como fotógrafo, fue descubrir que había un conjunto de profesionales dedicados a la fotografía de naturaleza cuyas obras transcendían el valor documental, elevándolas a la categoría de arte.
Este hecho modificó radicalmente mi concepción de la Fotografía y comienzo a interesarme por el lenguaje visual. Con ello se abre un mundo de posibilidades a la par que, de estudio, para familiarizarme con la sintaxis visual, conocer sus elementos e instruirme con las obras de otros fotógrafos y pintores. Empiezo a interesarme entonces por otros ámbitos de la Fotografía de Naturaleza, como el paisaje y la fotografía nocturna.
A principios del 2021, aprovechando los meses de confinamiento, inicio la publicación de esta web, concebida en un principio como un cuaderno personal de ejercicios, en el que ir reflejando mis progresos en Fotografía. Pensaba, que ir publicando mi propio aprendizaje podía ayudar a otras personas que se estaban iniciando en la Fotografía de Naturaleza.
Tres años después, ya jubilado, la Fotografía y las publicaciones del blog constituyen mi actividad principal. He descubierto que, además de la Fotografía, me divierte escribir relatos y el maridaje que permite un blog, entre lenguaje visual y escrito, resulta excelente para ello.
Han pasado más de cuarenta años desde que comencé mi actividad fotográfica, pero no ha sido hasta hace unos pocos que descubrí su faceta artística y con ello vino la práctica regular y el verdadero comienzo de mi evolución como fotógrafo. Esto supuso un antes y un después y fue tan significativo en mi vida, que escribí un relato para documentarlo titulado «El viejo aprendiz de fotógrafo». Aunque está escrito en segunda persona y es un relato de ficción, la relación de Antonio (el protagonista) con la Fotografía, ha sido en realidad la mía propia.